4. ¿Y la Revolución de la Conciencia?
En el Ecuador se prohibe constitucionalmente la explotación laboral en las distintas formas que se puede presentar, El actual presidente de la República, economista Rafael Correa, goza de mi admiración y respeto, no solo como macro-economista, sino sobre todo como ciudadano visionario, con una alta capacidad de indignación ante la mediocridad, la corrupción y la injusticia. Pero ya es inquietante el cambio alarmante de ministros que ha realizado. Se cambian de nombres en el Ministerio de Cultura y Patrimonio con tanta facilidad que nadie puede dar razón precisa, correcta y completa del caso Quintana Diaz-Proyecto Universidad de las Artes. Imposible esperar que los servidores públicos de turno estén en condiciones de hacer un seguimiento exhaustivo de un error e inconsistencia en los reglamentos internos de la institución - la cual por lo anteriormente dicho - es imposible que se de, ya que se cambia de personal con cada nuevo ministro que llega a la institución y mucho de ellos no son correctos en sus funciones. ¿Es esto excelencia? No, todo lo contrario. Esto es un mal hábito de burocratas. Parece que nadie intenta cambiar esta situación para mantener así un espacio de acuerdos políticos o concesiones que se cierran debajo de la mesa. Como anota Alonso Monsalve Ramirez en su reflexión titulada Estado, Sociedad, Burocracia.., publicada en la revista territorios, revista del Consorcio de Gobiernos Autónomos provinciales del Ecuador- CONGOPE; 'Una vez que el funcionario comprueba la efectividad de su poder, descubre muchas oportunidades de ejercerlo a su arbitrio". Recién ahora , al final del periodo de gobierno se intenta de nuevo acordar y aprobar una Ley de Cultura, que según el último ministro, Vallejo, garantizará la libertad creativa; Pero ninguna ley por más buena que sea, o no, no solucionará el problema central del país, la mediocridad, la corrupción de un gran universo de burócratas, que si no se los desmonta, boicotearan todo intento de cambio, no se diga de revolución. Y la ley de cultura sigue esperando. ¿Qué se puede esperar de un ministerio fallido, sin concepto, sin propuesta de nuevos paradigmas científicos, sin nuevas premisas, sin pensamientos filosóficos renovadores, como los que he planteado en mi informe de docente-investigador, un informe que ha sido ignorado. El plan Nacional de Buen Vivir, y el Proyecto emblemático de la Revolución Ciudadana diseñada por la entonces ministra de cultura Erika Sylva Charvet, fue letra muerta en el semestre inaugural de la Universidad de las Artes. Ahí viví todo lo contrario a lo que entiendo como buen vivir, buen conocer, y no se diga de propuestas de “nuevos paradigmas desde el sur”. Un ejemplo de la ineficacia e inoperancia del Ministerio de Cultura y Patrimonio es el diletantismo, improvisación y falta de planificación que se dio en el primer semestre del proyecto Universidad de las Artes, ahí se manifestó también también la limitación cognitiva de personeros de Senescyt que desconocen pedagogías de avanzada e innovadoras, y pusieron los cimientos, no de una Universidad de las Artes capaz de generar nuevas visiones, y propuestas, sino que pusieron las bases de una escuelita de arte de lujo en donde lo importante es la asistencia y las notas , mas no el discurso artístico, académico, o formar gestores culturales y artistas que produzcan conocimiento y no que lo consuman o lo memoricen para salir bien en el examen. Un artista se forma en los proceso creativos y se lo evaluar en sus obras. Entre todos los docentes del semestre inaugural, solo yo, y con resistencia de mis colegas y total desidia de las autoridades del proyecto de universidad, era el único docente que interpretó el curriculum y desarrolló una malla curricular, con objetivos y metas acordes al plan Nacional del Bien Vivir, es decir: formar artistas que aporten al cambio de la matriz, no solamente productiva , sino sobre todo de la conciencia, y por ende cultural, y que se preparen para aportar a un aumento del PIB cultural del país. Mis propuestas fueron ingoradas, ya que no cambian en lo planificado mejor dicho improvisado del primer semestre. Colegas y autoridades se opusieren a mis propuestas, y lo más preocupante, casi todos los colegas y autoridades no eran afines al gobierno, sino todo lo contrario, eran infiltrados -pero esos son los peligros de toda revolución democrática. Ahí lo vemos al primer gerente del proyecto, Almeida, ahora es militante de Izquierda democrática. El Viejo País No Quiere Morir No sirvió de nada mi iniciativa ciudadana de entablar un diálogo civilizado e inteligente con el estado, para evitar que malos “servidores públicos” violen impunemente, y sigan violando derechos constitucionales, humanos, ciudadanos y naturales; y lo peor, como consta en último documento recibido y firmado por la flamante coordinadora generales de asesoría jurídica del Ministerio de Cultura y Patrimonio: se insiste en negar la demostrada transgresión de diferentes derechos, al no cumplir con el pago de los honorarios por servicios profesionales recibidos, usados y aplicados a más de 120 estudiantes de 3 paralelos de las asignaturas: Universidad de las Artes y Buen Vivir; y Proyecto Integrador de Saberes; además fui tutor de todo un paralelo, el paralelo 8; y coordinador de la asignatura Disciplina Artística: cine, como consta en actas administrativos debidamente documentadas, que los empleados públicos del Ministerio de Cultura y Patrimonio ni idea tienen de su existencia -ya que al parecer ni siquiera se archiva sistemáticamente en esa entidad pública- y evidentemente la abogada del ministerio de Cultura, señora Salgado Guerreen, desconoce estos actos administrativos -ignora o no encuentra; incluso, la citada “servidora pública” ignora el “oficio sin número”, en el cual una de la tantas gerentes del proyecto Universidad de las Artes, la Ingeniera Maria Fernanda De Luca, confirma la existencia de actas firmadas por los estudiantes que rindieron exámenes conmigo. La misma asesora jurídica desconoce el acta de sesiones del grupo académicos bajo dirección del asesor académico Brito, en el cual me designó coordinador de disciplina artística, documento debidamente publicado y de acceso público en la red; pero, me imagino que sabrá la abogada que racionalmente y jurídicamente esos actos administrativos -por solo mencionar dos- son suficiente para que mis servicios profesionales, académicos de cuarto nivel no se pueda poner en duda de que se dieron, a no ser que todos los estudiantes que firmaron las actas, hayan estafado al estado ecuatoriano con complicidad de las autoridades implicadas; el fraude, ya que, según la lógica del Ministerio de Cultura, yo no me desempeñé como docente durante el semestre inaugural, porque, ese hecho indiscutible, no consta en las actas de maltrechos archivos. ¿O se trata de falsificación de mi firma? Por favor, representantes del Ministerio de Cultura y Patrimonio, investiguen a cabalidad, piensen un poco antes de responder a mis oficios, para que no se vayan contra la razón, contra la ley y la ética. Ahora espero que la mencionada abogada rectifique su equivocada decisión de cerrar mi caso sin hacerme el pago de la deuda económica que tiene el Ministerio de Cultura conmigo. Volvamos al oficio del susodicho ministerio, transgresor de derechos ciudadanos, me refiero al ministerio de los 9 ministros en 9 años. A la abogada Yolanda Narciso de Jesus Salgado Guerreen, coordinadora general de asesoría jurídica, le “agradezco” por el oficio enviado, me es muy útil para mis objetivos; pero ya era un buen tiempo que estaba esperado una reacción de parte del Ministerio de Cultura y Patrimonio; que si no se les hubiera presionado mediante oficio del ministerio de justicia a pedido explícito del despacho de la presidencia, no se hubiera movido ni un pelo en el Ministerio de Cultura. Pero todo quedo en nada, el Ministerio se resiste a hacer el pago, como cualquier estafador que se niega a reconocer su delito. En segundo lugar, yo no tengo despacho, ya que estoy sin empleo ya dos años, desde que la institución pública, que la citada abogada encubre, incumple con sus obligaciones de pagar por mis servios profesionales. En el Ecuador se prohibe constitucionalmente la explotación laboral en las distintas formas que se puede presentar, así como el incumplimiento de norma vigente por parte, no solo de los ciudadanos, sino también y sobre todo de todo los empleados públicos, representantes y responsables de las instituciones del estado. El estado fue inventado para servir a sus ciudadanos y no para servirse de los ciudadanos, y mucho menos para maltratar, abusar y explotar a los ciudadanos, como se puede desprender del oficio Nro. MCYP-CGJ-16-0211 con el cual se cierra “con broche de oro” dos años de oficios inoficiosos. El viejo país no quiere morir.
En el Ecuador se prohibe constitucionalmente la explotación laboral en las distintas formas que se puede presentar, El actual presidente de la República, economista Rafael Correa, goza de mi admiración y respeto, no solo como macro-economista, sino sobre todo como ciudadano visionario, con una alta capacidad de indignación ante la mediocridad, la corrupción y la injusticia. Pero ya es inquietante el cambio alarmante de ministros que ha realizado. Se cambian de nombres en el Ministerio de Cultura y Patrimonio con tanta facilidad que nadie puede dar razón precisa, correcta y completa del caso Quintana Diaz-Proyecto Universidad de las Artes. Imposible esperar que los servidores públicos de turno estén en condiciones de hacer un seguimiento exhaustivo de un error e inconsistencia en los reglamentos internos de la institución - la cual por lo anteriormente dicho - es imposible que se de, ya que se cambia de personal con cada nuevo ministro que llega a la institución y mucho de ellos no son correctos en sus funciones. ¿Es esto excelencia? No, todo lo contrario. Esto es un mal hábito de burocratas. Parece que nadie intenta cambiar esta situación para mantener así un espacio de acuerdos políticos o concesiones que se cierran debajo de la mesa. Como anota Alonso Monsalve Ramirez en su reflexión titulada Estado, Sociedad, Burocracia.., publicada en la revista territorios, revista del Consorcio de Gobiernos Autónomos provinciales del Ecuador- CONGOPE; 'Una vez que el funcionario comprueba la efectividad de su poder, descubre muchas oportunidades de ejercerlo a su arbitrio". Recién ahora , al final del periodo de gobierno se intenta de nuevo acordar y aprobar una Ley de Cultura, que según el último ministro, Vallejo, garantizará la libertad creativa; Pero ninguna ley por más buena que sea, o no, no solucionará el problema central del país, la mediocridad, la corrupción de un gran universo de burócratas, que si no se los desmonta, boicotearan todo intento de cambio, no se diga de revolución. Y la ley de cultura sigue esperando. ¿Qué se puede esperar de un ministerio fallido, sin concepto, sin propuesta de nuevos paradigmas científicos, sin nuevas premisas, sin pensamientos filosóficos renovadores, como los que he planteado en mi informe de docente-investigador, un informe que ha sido ignorado. El plan Nacional de Buen Vivir, y el Proyecto emblemático de la Revolución Ciudadana diseñada por la entonces ministra de cultura Erika Sylva Charvet, fue letra muerta en el semestre inaugural de la Universidad de las Artes. Ahí viví todo lo contrario a lo que entiendo como buen vivir, buen conocer, y no se diga de propuestas de “nuevos paradigmas desde el sur”. Un ejemplo de la ineficacia e inoperancia del Ministerio de Cultura y Patrimonio es el diletantismo, improvisación y falta de planificación que se dio en el primer semestre del proyecto Universidad de las Artes, ahí se manifestó también también la limitación cognitiva de personeros de Senescyt que desconocen pedagogías de avanzada e innovadoras, y pusieron los cimientos, no de una Universidad de las Artes capaz de generar nuevas visiones, y propuestas, sino que pusieron las bases de una escuelita de arte de lujo en donde lo importante es la asistencia y las notas , mas no el discurso artístico, académico, o formar gestores culturales y artistas que produzcan conocimiento y no que lo consuman o lo memoricen para salir bien en el examen. Un artista se forma en los proceso creativos y se lo evaluar en sus obras. Entre todos los docentes del semestre inaugural, solo yo, y con resistencia de mis colegas y total desidia de las autoridades del proyecto de universidad, era el único docente que interpretó el curriculum y desarrolló una malla curricular, con objetivos y metas acordes al plan Nacional del Bien Vivir, es decir: formar artistas que aporten al cambio de la matriz, no solamente productiva , sino sobre todo de la conciencia, y por ende cultural, y que se preparen para aportar a un aumento del PIB cultural del país. Mis propuestas fueron ingoradas, ya que no cambian en lo planificado mejor dicho improvisado del primer semestre. Colegas y autoridades se opusieren a mis propuestas, y lo más preocupante, casi todos los colegas y autoridades no eran afines al gobierno, sino todo lo contrario, eran infiltrados -pero esos son los peligros de toda revolución democrática. Ahí lo vemos al primer gerente del proyecto, Almeida, ahora es militante de Izquierda democrática. El Viejo País No Quiere Morir No sirvió de nada mi iniciativa ciudadana de entablar un diálogo civilizado e inteligente con el estado, para evitar que malos “servidores públicos” violen impunemente, y sigan violando derechos constitucionales, humanos, ciudadanos y naturales; y lo peor, como consta en último documento recibido y firmado por la flamante coordinadora generales de asesoría jurídica del Ministerio de Cultura y Patrimonio: se insiste en negar la demostrada transgresión de diferentes derechos, al no cumplir con el pago de los honorarios por servicios profesionales recibidos, usados y aplicados a más de 120 estudiantes de 3 paralelos de las asignaturas: Universidad de las Artes y Buen Vivir; y Proyecto Integrador de Saberes; además fui tutor de todo un paralelo, el paralelo 8; y coordinador de la asignatura Disciplina Artística: cine, como consta en actas administrativos debidamente documentadas, que los empleados públicos del Ministerio de Cultura y Patrimonio ni idea tienen de su existencia -ya que al parecer ni siquiera se archiva sistemáticamente en esa entidad pública- y evidentemente la abogada del ministerio de Cultura, señora Salgado Guerreen, desconoce estos actos administrativos -ignora o no encuentra; incluso, la citada “servidora pública” ignora el “oficio sin número”, en el cual una de la tantas gerentes del proyecto Universidad de las Artes, la Ingeniera Maria Fernanda De Luca, confirma la existencia de actas firmadas por los estudiantes que rindieron exámenes conmigo. La misma asesora jurídica desconoce el acta de sesiones del grupo académicos bajo dirección del asesor académico Brito, en el cual me designó coordinador de disciplina artística, documento debidamente publicado y de acceso público en la red; pero, me imagino que sabrá la abogada que racionalmente y jurídicamente esos actos administrativos -por solo mencionar dos- son suficiente para que mis servicios profesionales, académicos de cuarto nivel no se pueda poner en duda de que se dieron, a no ser que todos los estudiantes que firmaron las actas, hayan estafado al estado ecuatoriano con complicidad de las autoridades implicadas; el fraude, ya que, según la lógica del Ministerio de Cultura, yo no me desempeñé como docente durante el semestre inaugural, porque, ese hecho indiscutible, no consta en las actas de maltrechos archivos. ¿O se trata de falsificación de mi firma? Por favor, representantes del Ministerio de Cultura y Patrimonio, investiguen a cabalidad, piensen un poco antes de responder a mis oficios, para que no se vayan contra la razón, contra la ley y la ética. Ahora espero que la mencionada abogada rectifique su equivocada decisión de cerrar mi caso sin hacerme el pago de la deuda económica que tiene el Ministerio de Cultura conmigo. Volvamos al oficio del susodicho ministerio, transgresor de derechos ciudadanos, me refiero al ministerio de los 9 ministros en 9 años. A la abogada Yolanda Narciso de Jesus Salgado Guerreen, coordinadora general de asesoría jurídica, le “agradezco” por el oficio enviado, me es muy útil para mis objetivos; pero ya era un buen tiempo que estaba esperado una reacción de parte del Ministerio de Cultura y Patrimonio; que si no se les hubiera presionado mediante oficio del ministerio de justicia a pedido explícito del despacho de la presidencia, no se hubiera movido ni un pelo en el Ministerio de Cultura. Pero todo quedo en nada, el Ministerio se resiste a hacer el pago, como cualquier estafador que se niega a reconocer su delito. En segundo lugar, yo no tengo despacho, ya que estoy sin empleo ya dos años, desde que la institución pública, que la citada abogada encubre, incumple con sus obligaciones de pagar por mis servios profesionales. En el Ecuador se prohibe constitucionalmente la explotación laboral en las distintas formas que se puede presentar, así como el incumplimiento de norma vigente por parte, no solo de los ciudadanos, sino también y sobre todo de todo los empleados públicos, representantes y responsables de las instituciones del estado. El estado fue inventado para servir a sus ciudadanos y no para servirse de los ciudadanos, y mucho menos para maltratar, abusar y explotar a los ciudadanos, como se puede desprender del oficio Nro. MCYP-CGJ-16-0211 con el cual se cierra “con broche de oro” dos años de oficios inoficiosos. El viejo país no quiere morir.